El oratorio: un estilo de vida
Muy buenas tardes a todos. Hoy les voy a
hablar sobre “el oratorio”. Ustedes se preguntaran de que se trata esto, qué es
lo que nos va a decir o contar. Para empezar quisiera contarles una experiencia
personal, cómo llegue yo a un oratorio. El año pasado, un amigo me invito a
formar parte de un oratorio. Yo poco sabía qué era. Me dijo que más o menos
consistía en ir a un barrio los sábados por la tarde a trabajar con los chicos
y jóvenes necesitados. Yo ya tenía experiencia de trabajo en barrios
marginados, y la verdad es que tengo una gran vocación por la misión. Pero
cuando me invito pensé qué tendrían de especial los oratorios… asique
finalmente este año empecé. Empecé a ir a ese barrio que él me había invitado,
pero sobre todo, empecé a vivir el oratorio.
Bueno pero imagino que
todavía no comprenderán de qué les estoy hablando. Cómo describir un oratorio…
Fueron creados por un santo que dio su vida por los jóvenes, San Juan Bosco,
italiano del siglo XIX. El vio en la juventud un gran tesoro. Muchos chicos
vivían en la calle, trabajaban en fábricas en pésimas condiciones, e incluso
había muchos niños presos por cometer pequeños delitos callejeros. Don Bosco
fundó a partir de esta realidad los oratorios. El apostaba hacia el futuro,
quería que todos esos jóvenes recibieran educación, trabajo, familia. Y eso fue
lo que hizo.
El oratorio es patio, Iglesia, familia y
escuela. Patio porque el oratorio es juego, risas, diversión, alegría. Iglesia
porque se transmite a Dios, el amor a Jesús. Escuela porque se busca educarlos
e inculcarles valores humanos. Y familia porque se comparte, se escucha al
otro, se respeta, se ama. Creados por Don Bosco, los oratorios son la base de
su vocación, en ellos se resume la vida de Don Bosco y su trabajo dentro de la
Iglesia. Es un estilo de vida y una pedagogía. A partir de allí se crearon más
adelante escuelas donde se busca vivir el oratorio, pero este santo hizo al
revés. Llevando a muchos chicos a su casa, sacándolos de la calle y de sus
tristes realidades, buscaba educarlos, brindarles una familia, un ambiente sano
y de contención. Luego surgieron las escuelas o los apoyos escolares que
también él les daba a sus muchachos.
En la actualidad se conoce a los oratorios
como una experiencia. Una experiencia de vida para con los jóvenes, y
especialmente con los más marginados. Se trabaja en barrios, haciéndoles un
seguimiento, brindándoles cariño, y transmitiéndoles al mismo tiempo el
Evangelio. Generalmente se hace los sábados por la tarde. Y lo que se busca en
mantener el estilo de Don Bosco: juegos, música, circo, oración, trabajo. Se
hacen diversas actividades para hacer felices a los chicos. Y como decía Don
Bosco: “No basta con que los ames, sino que deben saber que son amados”. Es allí a donde yo había sido invitada, pero que en ese momento no lo
entendía. No me estaban invitando a ir a ayudar a un barrio, me estaban
invitando a asumir un estilo de vida; comprometido por aquellos que más
necesitan.
Asique los animo a que se comprometan con la juventud, que se la jueguen
por los más chicos y por los que transitan una temprana edad. Podemos hacer un
gran aporte hacia la juventud, no solo ayudando en un barrio, sino también
viviendo diariamente con alegría, prestándole un oído a un amigo, regalándole una
sonrisa a un chico. Es decir, viviendo un oratorio todos los días.
María José